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CÓNDOR DE LOS ANDES

PATRIMONIO NATURAL DE SUDAMÉRICA

Es el ave no marina de mayor envergadura del planeta, no posee subespecies y su nombre procede del quechua kuntur. Se extiende por la cordillera andina y otras próximas a ella, además de las costas adyacentes de los océanos Pacífico y Atlántico,

Es un ave grande y negra, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo con su estado emocional. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.

Es un ave carroñera, alcanza la madurez sexual a los cinco o seis años de edad y anida entre los 1.000 y 5000 msnm, generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Posee una tasa de reproducción muy baja (suele poner un huevo cada dos años). Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 75 años en cautiverio.

Es un símbolo nacional de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, teniente un importante papel en el folklore y la mitología de las regiones andinas de Sudamérica. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie casi amenazada, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenenamiento por la ingesta de animales intoxicados o de los propios cebos colocados ilegalmente por cazadores furtivos y ganaderos. Varios países han iniciado programas de reproducción en cautividad.

DESCRIPCIÓN

El cóndor andino es reconocido como una de las aves voladoras más grandes del planeta, llegando en ocasiones a ser superado en envergadura solamente por el albatros viajero y el real, si bien el cóndor es más alto, robusto y más pesado que aquéllos. Los adultos llegar a medir hasta 142 cm. de altura y de 270 hasta 330 cm. de envergadura, con una media de 283 cm. y pesan de 11 a 15 kilos los machos y de 8 a 11 kilos las hembras. Poseen la cabeza desnuda, de color generalmente rojizo, pico de borde cortante y terminado en gancho. Las alas son largas y anchas, y las patas, no prensiles, poseen uñas cortas y poco curvas, y con la inserción del dedo posterior elevada. Las mismas están adaptadas para la marcha y para la sujeción de la carroña. El plumaje de ambos sexos es de color marrón hasta alcanzar en mudas sucesivas el característico plumaje negro-azabache de los adultos. Una ancha banda blanca resalta en el dorso de las alas y un nítido collar blanco no completamente cerrado al frente protege la desnuda piel del cuello.

Los machos presentan una cresta o carúncula y pliegues en la cara y cuello que aumentan su tamaño con la edad. Alcanzan mayor peso y envergadura que las hembras y sus ojos son de color café. Las hembras no poseen cresta, aunque al igual que los machos presentan pliegues. Sus ojos son de color rojizo.

Es una de las aves que vuela a mayores alturas. El cóndor andino puede volar utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido y pueden alcanzar hasta los 6.500 metros de altitud, luego puede planear por cientos de kilómetros casi sin mover las alas extendidas. El cóndor consume muy poca energía y merced a su denso plumaje fácilmente soporta los climas gélidos,

Son animales prácticamente mudos al tener atrofiada la siringe.

ALIMENTACIÓN

Por lo general se alimenta de animales muertos. Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata, sino que se limitan a volar sobre la misma o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Uno o dos días pueden pasar hasta que finalmente se acercan. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, la lengua, los ojos, ubre o testículos y abdomen. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros, lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura. Un cóndor puede ingerir unos 5 kilos de carne en un día y asimismo puede ayunar hasta cinco semanas.

HÁBITAT Y REPRODUCCIÓN

Los dormideros, compartidos por ejemplares adultos, sub-adultos y jóvenes de ambos sexos, están generalmente localizados en riscos altos y protegidos de la lluvia, el viento y potenciales depredadores. En la mayoría de los casos observados, los dormideros y posaderos preferidos, y por ende disputados, son los que reciben más temprano los rayos solares. Siendo que la carroña está distribuida al azar, los animales usan repetidamente varios lugares de descanso o pernocta, dependiendo de la disponibilidad de alimento en el área llegando a concentraciones de hasta 124 individuos.

En ambiente natural, uno de los aspectos menos conocidos del cóndor es el referido a su reproducción. Son básicamente monógamos, es decir que escogen una pareja y permanecen con ésta de por vida. Sólo en el caso de que uno de los dos muera, el otro busca una nueva pareja. El ciclo reproductivo del cóndor, incluido el cortejo, apareamiento, incubación y levante del polluelo hasta su emancipación dura aproximadamente dos o tres años. La especie posee el periodo de incubación más prolongado entre las aves rapaces, en el momento de estro o celo el color comúnmente rojizo de la piel de la cabeza se les torna amarillento. Después de 56 a 60 días de incubación compartida, nace el polluelo el cual es alimentado por ambos padres con carne regurgitada. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve ya está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos, De ellos asimila los comportamientos básicos para su supervivencia y al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local y disputa un lugar en la carroña.

DISTRIBUCIÓN

El cóndor andino se encuentra distribuido a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el sur de la Tierra de Fuego (Argentina y Chile) hasta el occidente de Venezuela. Dos de sus mayores hábitats se encuentran en el sur de Perú, en el Cañón del Colca en la provincia de Caylioma, Arequipa, y el siguiente en el cañón de Mayobamba, distrito de Chipao, provincia de Lucanas, donde suelen avistarse gran número de estos animales. Sin embargo, las poblaciones registradas en Perú, Ecuador y Bolivia tienden a disminuir.

Su área máxima de difusión hacia el este se ubica en Argentina, alcanzando el océano Atlántico en las provincias de Tierra de Fuego, Sant Cruz, Chubut y Río Negro, luego toca las sierras que se encuentran en el oeste de la provincia de La Pampa y las Sierras de Córdoba. Una de las poblaciones relativamente más numerosas y aparentemente estables se encuentra en Argentina. En el noroeste de la Patagonia, con alrededor de 300 individuos, entre los cuales pueden existir unos 200 adultos.

En todo el mundo se calcula que pueden existir alrededor de 6.700 individuos adultos.

EL MISTICISMO DE SU MUERTE

Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza en envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge sus patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida.

El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes desde tiempos anteriores al descubrimiento de América, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.