Vicente Ferrer nació en Barcelona (España) el 9 de
abril de 1920 y su infancia transcurrió entre su ciudad natal y Gandía. El año
1936 trajo la guerra y Vicente fue llamado a filas republicanas, a la “Quinta
del Biberón”, con tan sólo 16 años. Al terminar la guerra comenzó los estudios
de Derecho, pero con la firme determinación de descubrir el camino a seguir para
responder a su vocación: ayudar a los demás.
Encontró en la Compañía de Jesús una organización que le
atrajo por su imagen de heroicidad, sabiduría, grandes ideales y lucha por un
mundo mejor. Con la ilusión de cumplir fielmente sus principios, abandonó los
estudios e ingresó en la orden.
SU
ACCIÓN DA LOS PRIMEROS FRUTOS: 1952-1968
El 13 de febrero de 1952, Vicente Ferrer llegó a
Mumbai (Bombay) como misionero jesuita. Pese a que su cometido era acabar su
formación espiritual, en su primera misión en Manmad decidió salir a conocer a
las gentes, saber de sus necesidades y ganar su confianza, tratando de dar
solución al sufrimiento de los más pobres. Para ello puso en marcha entre los
campesinos un singular sistema de trabajo, que despertó las conciencias y generó
un gran movimiento de solidaridad. “El milagro de dar” consistía en una pequeña
ayuda económica y el asesoramiento técnico necesario para obtener agua para los
cultivos. Si, al finalizar, cada campesino devolvía lo prestado (sin
intereses), el milagro se iba extendiendo entre toda la comunidad.
Desde sus comienzos puso en práctica procedimientos
tales como organizar pequeñas cooperativas para la excavación de pozos,
canalizaciones para el abastecimiento de agua, bancos de semillas, pequeñas
parcelas de regadío, etc. Al mismo tiempo, trabajó en la construcción de
servicios comunitarios y, gracias a la cesión de unas tierras, levantó dos
escuelas, un hospital y dos residencias de alumnos, que eran ya casi un millar.
TIEMPOS
DIFÍCILES: 1968-1969
La simpatía que despertaba la labor de Vicente Ferrer
entre los campesinos generó suspicacias en algunos sectores dirigentes, que
veían en él una amenaza a sus intereses.
La publicación de un artículo en el Illustrated
Weekly, el semanario de mayor difusión de India, bajo el título “La revolución
silenciosa” fue el detonante de la orden de expulsión que recibió el 27 de
abril de 1968, dándole 30 días para abandonar el país.
Ante esto, se inició un movimiento campesino a favor
de Vicente Ferrer,al que se unió también un grupo de intelectuales, políticos y
líderes religiosos. El coordinador de este comité de defensa era Madu Metha,
uno de los más activos e influyentes líderes sociales de Mumbai. A tan sólo dos
días de que expirara el plazo fijado para su expulsión, más de 30.000
campesinos recorrieron los 250 kilómetros que separan Manmad de Mumbai para
exigir justicia al Gobierno. En una breve entrevista con Vicente, la primera
ministra Indira Gandhi reconoció el gran valor de su trabajo y se comprometió a
buscar la solución más adecuada a la situación, enviando un telegrama con un
mensaje salomónico: “El padre Vicente
Ferrer marchará al extranjero para unas cortas vacaciones y será bien recibido otra
vez en la India”.
Ferrer volvió a España y fundó Acción Fraterna en el Mundo, con un único objetivo: aliviar la
situación de los dos tercios de la humanidad que padecen hambre. Aprovechó también
para mediar en la causa de dos goanos, presos a perpetuidad en las cárceles de Lisboa,
consiguiendo su liberación al cabo de dos meses. En estas fechas apareció en la
revista americana Life un gran
reportaje de doce páginas titulado El
santo de Manmad, mientras desde España, Italia, Alemania, India y Norteamérica,
un movimiento popular recogió 25.000 firmas con la intención de proponerlo como
candidato al Nobel de la Paz.
Pese a haberlo solicitado, tres meses después de abandonar
la India, el permiso para volver no había llegado todavía. Sorprendida por su
tardanza, fue Indira Gandhi la que ordenó que le concedieran el visado de
entrada de inmediato.
ANANTAPUR:
LA AVENTURA DEFINITIVA 1969-2009
A su regreso a la India sólo le acogió el estado de
Andhra Pradesh, y Ferrer, junto a seis voluntarios incondicionales, decidió
instalarse en la tierra más pobre de esa región, Anantapur, donde la escasez de
agua llegaba casi a la desertización, y la sanidad y la educación eran prácticamente
inexistentes. Allí, los políticos radicales se movilizaron para recibirle con
pintadas en las paredes: “Ferrer go back”. Lejos de amedrentarse, a los tres
días de llegar contaba ya con una casa, vacía y a medio construir, que
convirtió en cuartel general. De una de las paredes desnudas colgaba un cartel
que decía: “Espera un milagro”. Este mensaje profético, cuyo origen nunca llegó
a conocer, supuso un nuevo acicate para seguir adelante.
En marzo de 1970 dejó de pertenecer a la Compañía de
Jesús, y ese mismo año contrajo matrimonio con Anne Perry, una periodista
inglesa que había permanecido a su lado desde el conflicto de Manmad. En este
contexto nació la Fundación Vicente
Ferrer en la India.
Sin embargo, durante los años 70 persistió el asedio,
esta vez desde las autoridades de la región, que veían con recelo su trabajo,
llegando incluso a intentar encarcelarlo. Éste denunció el abuso de poder del
que estaba siendo objeto y consiguió un fallo favorable que creó
jurisprudencia.
Años más tarde, en 1996, se creó la Fundación Vicente Ferrer en España para
asegurar la continuidad económica de los proyectos en la India. Desde ese
momento, y hasta su muerte en junio de 2009, Vicente Ferrer lideró un proyecto
que, hoy en día, continúa vivo gracias a un equipo de cerca de 1.900 personas y
al apoyo de más de 140.000 colaboradores.
La Fundación
Vicente Ferrer trabaja en la India llevando a cabo un programa de
desarrollo integral en el distrito de Anantapur (estado de Andhra Pradesh) al
sureste del país.
Durante más de 40 años, ése ha sido su ámbito
de actuación. Recientemente, han ampliado su zona de acción a nuevas áreas
dentro de Andhra Pradesh. El objetivo es conseguir que todos los proyectos
beneficien cada día a más personas que viven en condiciones de pobreza extrema.
Desde 1996, la Fundación ha obtenido resultados
prácticos y contundentes en su lucha contra la pobreza.
Sus programas de desarrollo integral están basados
principalmente en Educación, Sanidad, Mujer, Personas con discapacidad,
Vivienda y Ecología.
Provocar un cambio que aporte soluciones a largo
plazo y contribuya a erradicar la pobreza requiere un trabajo en todos los
ámbitos del desarrollo.
El espíritu de Vicente Ferrer sigue ahora más vivo
que nunca.
Web:
www.fundacionvicenteferrer.org