Popularmente conocido como Padrào dos Descobrimentos es un
auténtico y extraordinario símbolo que Portugal dedicó a sus grandes
descubridores a lo largo de los siglos. El monumento fue construido en 1960 en
Belém (Lisboa) en la margen del río Tajo.
Tiene 52 metros de altura y
celebra a los marineros, patrones reales y todos los que participaron en el
desarrollo de la Era
de los Descubrimientos. Los autores de esta espectacular obra fueron el
arquitecto José Ángelo Cottinelli Telmo y el escultor Leopoldo de Almeida.
Fue erigido por primera vez en 1940 con
carácter efímero, como parte de la Exposición del Mundo Portugués, pero la
construcción definitiva fue aplazada durante veinte años para conmemorar los
500 años de la muerte del rey Enrique el
Navegante.
El monumento tiene la forma de una carabela
con el escudo de Portugal en los lados y la espada de la dinastía de Avis sobre
la entrada. Enrique el Navegante se alza en la proa, con una carabela en sus
manos. En las dos filas descendientes de cada lado del monumento, están las
estatuas de héroes portugueses fuertemente ligados a los Descubrimientos, así
como famosos navegantes, cartógrafos y reyes.
En el perfil occidental (de norte a sur)
están representadas las figuras del Infante Pedro de Portugal (hijo de Juan I
de Portugal), Felipe de Lancaster, Fernâo Mendes Pinto (escritor), fray Gonzalo
de Carvalho, fray Enrique Carvalho, Luis Vaz de Camôes (autor de Os Luisiadas), Nuno Gonçalves (pintor),
Gomes Eanes de Zurara (cronista), Pêro da Covilha (viajero), Jehuda Cresques
(cartógrafo y cosmógrafo), Pedro Escobar (navegante), Pedro Nunes (matemático),
Pêro de Alenquer (navegante), Joâo Gonçalves Zarco (navegante) y Fernando o
Infante Santo (hijo de Juan I de Portugal).
En el perfil oriental (de sur a norte) están
representados: Alfonso V de Portugal, Vasco da Gama, Afonso Gonçalves Baldaia
(navegante), Pedro Alvares Cabral (descubridor de Brasil), Fernando de
Magallanes, Nicolau Coelho (navegante), Gaspar Corte-Real (navegante), Martim
Afonso de Sousa (navegante), Joâo de Barros, Esteban da Gama (capitán
marítimo), Bartolomeu Dias (descubridor Cabo de Buena Esperanza), Diogo Câo,
Antonio Abreu (navegante), Alfonso de Albuquerque, San Francisco Javier
(misionero) y Cristóbal da Gama (capitán).
En la fachada norte, rodeando la escalera hay
dos inscripciones en metal, a la izquierda: “Al
infante Enrique y los portugueses que descubrieron los caminos del mar” sobre
un ancla; y a la derecha: “En el quinto
centenario del infante don Enrique 1460-1960)” sobre una corona de laurel.
En el interior del monumento hay un auditorio
y un ascensor que va hasta el sexto piso, más una escalera que asciende a lo
más alto, desde donde se puede observar un bello panorama de Belém y del río
Tajo. El sótano se utiliza para exposiciones temporales.
El monumento resulta más interesante cuando
se observa desde el oeste, al ponerse el sol.
LA
ROSA DE LOS VIENTOS
Al norte del monumento se encuentra una rosa
de los vientos de 50
metros de diámetro dibujada en el suelo. Dicha rosa de
los vientos fue un regalo de Sudáfrica en 1960. El planisferio central,
adornado con dibujos de galeones y sirenas, tiene 14 metros y muestra las
rutas de los descubridores en los siglos XV y XVI, Los descubrimientos
portugueses mostrados allí, agrupados por orden cronológico, son los
siguientes:
1427 Azores, 1434 Cabo Bojador, 1444 Cabo
Verde, 1460 Guinea, 1471 Mina, 1475 Santo Tomé y Príncipe, 1483 Congo, 1483
Angola, 1488 Cabo Buena Esperanza, 1497 Natal, 1498 Quelimane, 1498 Calicut
(India), 1500 Madagascar, 1500 Terranova, 1500 Porto Seguro (Brasil), 1502
Cananea, 1505 Ceilán, 1507 Ormuz, 1509 Damao (India), 1509 Malaca, 1511 Pegu,
1512 Molucas, 1512 Timor, 1514 Río de la Plata, 1514 Río Perla (China), 1516 Río Ganges y
1525 Palau.
Este magnífico monumento erigido en Belém en
homenaje a los grandes descubridores, es uno de los más visitados de Portugal y
concretamente de Lisboa.