UN
CIUDADANO DE OCCIDENTE
En la portada de la presente
edición de TIEMPO DE VIAJAR nos
hacemos eco de la historia, sin duda peculiar, de un hombre que a lo largo de
más de medio siglo ha conseguido realizar con creces su mayor ilusión y ver cumplidos
buena parte de los objetivos que se había marcado. Durante todo este tiempo su
auténtica pasión ha sido viajar.
No es un profesional de la
comunicación y, sin embargo, siempre se le puede ver tomando notas y con una
máquina fotográfica a cuestas. A buen seguro, alguno de nuestros lectores se lo
habrá encontrado viajando en avión, tomando el sol en una playa, visitando un
museo, un castillo escocés o perdido en las callejuelas de un mercadillo
londinense. Ha recorrido medio mundo y de ahí que se haya convertido en un
ciudadano de Occidente.
En esta ocasión nuestro
personaje de portada es José Borrás, un auténtico experto que conoce muy bien
todos los rincones de nuestro país y que se mueve por el continente europeo
como si se tratara de su domicilio barcelonés.
Necesitaríamos muchas
páginas de nuestra revista para que nos contara sus experiencias a lo largo de
mil y un viajes, de ahí que tratando de resumir, le dejemos a él la palabra.
En realidad todo empezó allá
por los años sesenta y en el Pirineo, ¿no es así?
Si
no recuerdo mal, mi primer viaje siendo un adolescente fue recorriendo
Sabiñánigo, el magnífico valle de Ordesa, Panticosa, Jaca… Más adelante ya fui
con mi coche a Valencia y acompañado de un amigo… Pero en realidad lo que más
recuerdo de aquella época de juventud fueron las estancias en Ibiza, allí se
reunía gente de todo el mundo siguiendo la filosofía hippie, se pasaba muy
bien, todos ansiábamos libertad. Plantaba mi tienda en San Antonio y por las
mañanas en Cala Bassa y por las noches en alguna discoteca… eran otros tiempos.
Pronto llegó la primera
experiencia internacional, el salto a Europa.
Viajé
a la Confederación Helvética. Había que cruzar Francia, Alemania… y cambiar de
tren porque el ancho de vía era diferente en Europa. Toda una aventura, pero
resultó interesante. Biel, Neuchatel, La Chaux-de-Fonds, Lausanne, Berna,
Ginebra… todo me gustó. Se respiraba un aire de libertad y prosperidad. Al año
siguiente recuerdo que tenía proyectadas unas vacaciones a Asturias en coche, pero me salió mal, así
que cogí un vuelo y me marché a Ibiza de nuevo. No tenía hotel, de forma que al
salir de una discoteca me fui a dormir a la playa, allí me encontré con unos
amigos y al día siguiente me subí a un barco y marché a Alicante. Creo que
estuve un par de semanas por tierras levantinas: Valencia, Cullera, Alicante,
Benidorm, Castellón… Sin olvidarme de Peñíscola, famosa por su castillo
(fortaleza de origen templario), y "el Papa Luna" (el antipapa). El
aragonés Pero Martínez de Luna conocido como Benedicto XIII, y Papa por la
obediencia de Aviñón. Fue forzado a abandonar aquella ciudad y después de vivir
en diferentes localidades, se instaló con su pequeña corte en el castillo de
Peñíscola bajo la protección de la orden de Montesa. La frase popular:
"mantenerse en sus trece", hace referencia a la negativa de Benedicto
XIII a renunciar a su posición de papa. Resulta curiosa la historia a veces.
LONDRES INOLVIDABLE
Al
año siguiente, después del servicio militar en la Escuela Militar de Montaña de
Jaca llegó mi primera estancia en Londres, un viaje que me marcó para siempre.
Desde entonces no sé la cantidad de veces que he estado en la capital
británica, solo, con mi mujer o mis hijas.
Es
casi como un rito, los viernes a mediodía cruzo el Westminster Bridge y hago el
sendero del South Bank, pasando por el Aquarium, The London Eye, Southbank
Centre, Royal National Theater, Oxo Tower, la Tate moderno (museo de arte
contemporáneo), The New Globe (una réplica del teatro de Shakespeare), The
Clink Prison Museum y vuelvo a cruzar el río Támesis por The Tower Bridge. El
sábado por la mañana me acerco a Portobello Road donde hacen el mercado, y el
domingo cojo el barco hasta Greenwich, maravilloso, hacia el mediodía cruzo el
río por un pasillo subterráneo y me subo en un metro ligero. Fantástico, me
encanta hacerlo.
Tras una breve pausa,
continúa:
En
adelante, la mayor parte de las veces ya viajé con mi mujer. Al principio nos
dedicamos a conocer más España. Madrid, Extremadura, casi toda Andalucía,
aparte de mis habituales escapadas a los Pirineos, Núria, Valle de Arán, Caldes
de Boí, Ripoll, Ribes de Fresser y por diferentes comarcas como La Garrotxa,
Osona, la maravillosa Costa Brava (Playa de Aro, Cadaqués, San Feliu) y también
la Costa Dorada (Cunit, Calafell, El Vendrell, Tarragona), El Delta del Ebro…
Todo ello sin olvidar Andorra, las comarcas leridanas y las poblaciones de la
llamada “Franja” entre Cataluña y Aragón (Fraga, Mequinenza, Tamarite, etc…).
No puedo olvidarme de mis rutas por territorio aragonés, Monzón, Teruel, Caspe,
Alcañiz, Calanda.
Tengo
un recuerdo muy grato de mi visita al Monasterio de Piedra, enclavado en un
paisaje maravilloso. Creo que fue el rey Alfonso II de Aragón quien cedió el
castillo y todas las tierras a un pequeño grupo de monjes que procedían de la
abadía de Poblet. Después de la tristemente famosa desamortización de
Mendizábal el monasterio quedó en ruinas y más tarde fue adquirido en subasta
por el industrial barcelonés Pablo Muntadas, luego lo heredó su hijo y me
parece que fue él quien creó la primera piscifactoría de España y acabó por
convertir el valle del río Piedra en uno de los lugares más bellos del mundo…
También me resulta grato recordar mis estancias por Galicia y Cantabria,
partiendo de Santander, Castro Urdiales, Laredo, San Vicente de la Barquera,
Santillana del Mar, Torrelavega y Comillas… Curiosa la historia de esta
población que dio un giro importante en el siglo XIX gracias a Antonio López de
Piélago y López de Lamadrid, Marqués de Comillas. Un hombre de familia humilde,
“típico indiano” que como otros miles de asturianos, gallegos y cántabros,
emigraron a América, hizo fortuna y al regresar se estableció en Barcelona,
fundando importantes empresas navales y tabacaleras. Del norte también me
conozco bien la parte vasca, Bilbao y San Sebastián principalmente.
También
tengo mis rutas por la región murciana, Extremadura y buena parte de Andalucía…
Baza, Jaén, Córdoba, Cádiz, Huelva, encantadora Sevilla… aunque quizá guardo
mejor recuerdo de Granada y su legado árabe. Yo creo que es lo más bonito de
Al-Andalus. Impresionante la forma en que diseñaban y construían edificios,
como llevaban las aguas y adornaban los jardines. Empezando por la Catedral
construida donde estaba la Mezquita Mayor. La Capilla Real se encuentra junto a
la Catedral, allí está el sarcófago con los restos de los Reyes Católicos. El
Bañuelo son unos baños árabes del siglo XI. El Generalife es una finca
ajardinada. Los patios interiores, llenos de fuentes y vegetación, son el
símbolo más relevante de este lugar y reflejan la concepción propia de Al-Andalus,
lo que era un entorno de recreo íntimo para las clases altas, aunque se han
añadido modificaciones de aspecto e influencia cristiana. Y para finalizar, por
supuesto, la Alhambra, un rico palacio como un homenaje a un cuadrado, en sus
proporciones y su estabilidad. Indica los cuatro elementos, las cuatro
estaciones, las cuatro edades de la vida, los cuatro puntos cardinales que dan
orden en el mundo y mucho más.
José Borrás es un viajero
que no sólo se limita a observar, sino que además se interesa en profundidad
por la historia de aquellos lugares que visita y sus personajes.
PERIPLO
POR EUROPA
Me
gusta Portugal. Merece un punto y aparte y de forma muy especial Lisboa, en el
estuario del río Tajo, sus siete colinas, los puentes que unen la ciudad con la
otra orilla. El puente Vasco da Gama creo que tiene dieciocho kilómetros y es
uno de los más largos del mundo. Hay mucho que ver en la ciudad, el castillo de
San Jorge, el barrio de Alfama, la playa de Carcavelos….Me encanta Lisboa, de
verdad.
Portugal tiene ciudades muy
interesantes…
Por
supuesto, Estoril con su casino que fue inaugurado en 1931 y es el más grande
de Europa. La iluminación nocturna de la fachada es espectacular. Resulta
anecdótico que durante la IIª Guerra Mundial era frecuentado por espías,
monarcas destronados, aventureros y de ahí que sirviera de inspiración a Ian
Fleming para la primera novela de la serie 007 de James Bond. Cascais y Sintra
son otros dos enclaves de mucho interés a mi modo de ver…
Y de Portugal a la tierra de
los Cátaros…
Perpiñan,
Nimes, Marsella… Colliure en cuyo cementerio, pequeño pero muy típico, están
enterrados el poeta Antonio Machado y el novelista Patrick O’Brian… también
Picasso estuvo pintando aquí, no en balde se trata de un pueblo muy coqueto y
fuente de inspiración para muchos artistas.
Carcassone,
a mitad de camino entre Perpiñán y Toulouse, merece un comentario especial, es
una de las ciudades medievales mejor conservadas, no en balde es Patrimonio de
la Humanidad por la UNESCO. Ahora bien, dos recomendaciones: no hay que evitar
visitarla en agosto porque hay demasiados turistas. Y antes de marchar no dejar
de probar el típico cassoulet, es delicioso.
Durante
unos años me dedique a conocer buena parte del continente europeo. De Italia,
Venecia es otro concepto distinto de ciudad, creo que huelga cualquier
comentario, mucha gente ya la conoce. En el mismo viaje fui a Murano, Burano,
Pisa. Creo que al año siguiente estuve en Holanda y Dinamarca y acabé visitando
Luxemburgo. Luego regresé a la ciudad de Amsterdam que fue la que más me gustó.
Era el mes de agosto y la anécdota era que hacia el mismo calor que en
Barcelona y yo llevaba un montón de ropa de abrigo en la maleta.
En
el año 2003 estuve en Estambul, yo prefiero llamarla Constantinopla. Una urbe a
caballo entre dos continentes: Europa y Asia. Ciudad erigida entre siete
colinas que con anterioridad fue considerada la capital del mundo civilizado.
La Torre Gálata, el Gran Bazar, la Mezquita Azul, el Mercado de las Especias…
un paseo encantador. En Ankara, la capital administrativa, destaca el mausoleo
de Mustafá Kemal Atatürk, el padre de la nueva Turquía, el hombre que
transformó el país. No puedo olvidarme de la visita a la Capadocia, un lugar
precioso.
Y la vida viajera de José
Borrás prosigue a través de Europa por la República de Irlanda, Escocia…
En
efecto. Dublín, por ejemplo. Una joya georgiana y victoriana, entre los siglos
XVII y XIX era la segunda ciudad más importante del Imperio Británico y la
quinta más grande de Europa. Grandes escritores como Oscar Wilde, Samuel
Beckett, James Joyce y muchos más, gracias a la lengua inglesa se convirtieron
en best sellers y referentes en todo el mundo.
En
Irlanda del Norte, Londonderry, Belfast, la capital, no es demasiado grande,
pero tiene unos edificios victorianos muy bonitos, la Queen's University
fundada por la Reina Victoria en 1810 como alternativa al Trinity College de Dublín.
El Belfast Castle, Victoria Square es un centro comercial muy moderno enclavado
en el casco antiguo, el Belfast Titanic Museum, el Belfast Botanical Gardens,
etc.
Recuerdo que alquilé un coche y empecé por la Causeway Coast Route, visitando Carrickfergus, Carnlough, Cushendall, Kinbane Castle, el puente colgante de Carrick-a-rede que es impresionante, y al final del trayecto: Giant 's Causeway, una maravilla geológica formada por más de 40.000 columnas.
Recuerdo que alquilé un coche y empecé por la Causeway Coast Route, visitando Carrickfergus, Carnlough, Cushendall, Kinbane Castle, el puente colgante de Carrick-a-rede que es impresionante, y al final del trayecto: Giant 's Causeway, una maravilla geológica formada por más de 40.000 columnas.
En
Escocia he estado dos veces. Prestwick es una pequeña ciudad donde hay aeropuerto. Siempre busco B
& B (Bed and Breakfast), para dormir, usualmente y viajando en familia lo
hacemos cada día en una población diferente, es muy divertido. Alquilamos el
coche en el aeropuerto, algunas de las poblaciones que hemos visitado son: Ayr,
Troon, Kilmarnock, Edinburgh, Rosslin, Perth, Fort Williams, Loch Ness,
Inverness… Y muchas más que ahora no recuerdo. Allí la climatología es como en toda
la cornisa cantábrica y el oeste de Francia, pero con más frío y más lluvia.
SALTO
AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO
Y de repente Estados Unidos.
New York.
Tras
mi llegada a New York (Isla de Manhattan) me subí al Empire State, caminaba un
montón horas cada día para poder ver el máximo de cosas. El enorme Central
Park… En fin, todo lo que ya conocemos sobradamente por medio del cine. Pero
debo manifestar ante todo que es impresionante cuando aún de lejos divisas
desde el avión el skyline. Cuando fui a New York las Torres Gemelas del World
Trade Center todavía existían…
Aprovechando
aquel viaje fui al Estado de Colorado, más concretamente Colorado Springs.
Había tenido un profesor de inglés que era natural de allí, cuando volvió a su
país me animó a visitarlo y lo hice. Esta ciudad está ubicada en el condado de
El Paso. La altitud es casi 2000 metros. Recuerdo haber visitado "The
United States Air Force Academy". Subí con un minibús hasta la cima del
llamado Pikes Peak donde la altura es de 14.115 pies (4300 metros), está
ubicado en las Montañas Rocosas.
Cripple
Creek (2894 m.) Al principio era una pequeña población de unos 500 habitantes,
pero en 1890 se encontró un filón de oro y comenzaron la invasión de las
tierras, en tres años creció hasta 10.000 almas. Llegó a tener mucha
importancia, incluso tenía "stock change" (bolsa). Actualmente es un
lugar muy turístico y lleno de casinos. Hoy en día todavía se extrae oro.
En
Breckenridge: (Ski resort) todo el entorno es muy bonito, al menos para mí que
me gusta la montaña. Las "Rockies" tienen una longitud de 3000 millas
(4800 kilómetros). Por el sur comienzan en el Estado de Nuevo México y llegan
hasta Canadá en la región de British Columbia. Mucha parte de la cordillera
está protegida por parques naturales.
Denver:
"The Mile High City", porque es la elevación oficial de la ciudad.
Ese año (1995) inauguraron el nuevo aeropuerto y el estadio de béisbol llamado
Coors Field. Fue fundada creo en 1858 como ciudad minera. No duró mucho la
fiebre y la ciudad quedó como "supply hub" de las nuevas minas en las
montañas. Creció muy rápidamente, convirtiéndose en la capital del estado.
Recuerdo que me llevaron a cenar a un restaurante muy típico, creo el nombre es
Buckhorn, uno de los platos típicos era la serpiente, la probé.
Cuatro
años después estuve en Canadá, en la provincia de Alberta. Una semanita en el
hotel de lujo Banff Spring Hotel de la cadena Canadian Pacific Railway en la
población de Banff. Una población eminentemente turística, para esquiar y tomar
las aguas termales. Nos enseñaron un montón de cosas: The Bow Falls, las
montañas sulfurosas, una comida en el Boundary Ranch en Kananaskis Country con
traslado en una carreta y un rodeo (con nieve), era el mes de abril. Lake
Louise desayuno en un hotel de la misma cadena. Glaciares y parques naturales
increíbles. Las cenas eran libres y nos dedicábamos a ver más cosas por nuestra
cuenta. Con un coche de alquiler nos trasladamos a Calgary, una ciudad
preciosa, muy ordenada…
¿Para cuándo la aventura de Oriente?
Es
mi asignatura pendiente
Ahora ya piensa en volver a
su Portobello Road londinense y este verano perderse por los caminos de la
vieja Castilla. A José Borrás le apasiona deslizarse entre la Geografía y la
Historia, en su cabeza siempre bullen los proyectos viajeros, se encuentra a
gusto investigando a través de alcazabas y monasterios, almorávides, cátaros y
templarios. Es un hombre inteligente e inquieto que suele utilizar sutil
lenguaje, aunque en determinadas ocasiones se muestra crítico y hasta
contundente en sus apreciaciones al descubrir que en la trastienda de la
Historia se esconde mucha ropa sucia. Su honestidad personal le convierte en un
ser entrañable, es el compañero ideal para llegar hasta el fin del mundo. Sin
lugar a ningún género de dudas es un ciudadano de Occidente, un gran viajero, y
el mejor de los amigos.