El número de elefantes, que en 1970 era de 1,2 millones,
ha descendido desde entonces hasta los 400.000 a causa de la caza furtiva
Desde hace semanas Kenya se estaba preparando para
eliminar 105 toneladas de
colmillos de elefante y cuernos de rinoceronte. Se trata de la mayor
destrucción de marfil jamás
vista de la historia. Y la mejor imagen para retratar la magnitud de la caza
ilegal en África.
El Gobierno ha llevado a cabo decenas
de incautaciones de marfil a cazadores furtivos durante los últimos meses.
Desde hace varios días, una docena de hombres colocaron el marfil en pilas de 3
metros de alto y 6 de ancho en el Parque Nacional de Nairobi, que se ha
convertido en un cementerio de especies en peligro de extinción.
El sábado 30 de abril el presidente de
Kenya, Uhuru Kenyatta, encendió la hoguera para quemar las 105 toneladas de
marfil procedentes de más de 8.000 elefantes y 1,35, de rinocerontes. Solo los
colmillos de elefante tiene un valor estimado (dentro del mercado negro) de 91
millones de euros, según explica el experto en comercio de vida salvaje, Esmond
Bradley Martin a la CNN.
Respecto a los cuernos de rinoceronte,
que pertenecen a 343 animales, tienen un valor de mercado de más de casi 60
millones de euros. En conjunto, se destruyeron más de 152 millones de euros, ya
que en la quema también se incluyeron pieles de animales exóticos y otros
productos como sándalo y corteza medicinal.
A pesar de las cifras, los kenianos
consideran que la reserva no es valiosa. “No
estamos viendo dinero convertido en humo”, dijo a la cadena norteamericana
el director general de Kenya del Servicio de Fauna Salvaje de Kenia, Kitili
Mbathi. “El único valor que tiene el
marfil son los colmillos de un elefante vivo”.
Líderes africanos contra el
comercio de marfil
El futuro de los elefantes y
rinocerontes, principal atractivo turístico de la sabana y los bosques
africanos, depende de la habilidad de los diferentes países para ganar la
batalla contra la caza furtiva, ha manifestado este viernes el presidente de
los conservacionistas en la cumbre asiático-africana The Giants Club.
El número de elefantes, que en 1970
era de 1,2 millones, ha descendido desde entonces hasta los 400.000, con una
pérdida de 30.000 ejemplares solo entre los años 2010 y 2012. Esto ha supuesto
la casi desaparición del animal en algunas regiones.
El número de rinocerontes, por otra
parte, se encuentra en torno a los 30.000, una cifra que desciende cuando no se
controla la caza furtiva. “Ni a los cazadores
ni a las bandas criminales que trafican con animales fuera del continente les
preocupan las fronteras a nivel nacional. Por ello, las medidas para solucionar
este problema no se pueden implantar únicamente en un país”, expuso Jomo
Kenyatta, ex presidente de Kenya, en un comunicado antes del inicio de la
cumbre. “Este es un problema a nivel
continental”, comentó el director de Conservación para la Fundación
Northern Rangelands, Ian Craig, que añadió que África debe apoyarse en los
éxitos logrados tras el último pico de caza ilegal en 2012. “Como africanos, debemos coordinar nuestros
esfuerzos”.
En 2015, la cifra de elefantes cazados
era de 93 frente a los 384 de 2012. Sin embargo, los conservacionistas han
recalcado que los países del este del continente siguen constituyendo un punto
de tránsito para cazar animales en diferentes países.
Los líderes de Uganda y Gabón se sumaron
a la cumbre para resaltar los esfuerzos llevados a cabo en sus países contra
los cazadores furtivos, que han utilizado ametralladoras en algunas zonas para
matar a docenas de animales de una sola vez. Botswana, cuyo presidente no ha
asistido a la cumbre, se ha opuesto a la quema de marfil a pesar de que apoya
la lucha contra la caza ilegal.
Los conservacionistas han instado a la
acción y han pedido que se incrementen las medidas para procesar a los
cazadores con el objetivo de parar la demanda de marfil en el exterior,
especialmente en Asia, el mayor importador. “La
determinación política es la clave”, manifestó el fundador y jefe ejecutivo
de la organización Space for Giants, que trata de enseñar técnicas para
combatir la caza y proteger los hábitats de elefantes y rinocerontes.
El área protegida Ol Pejeta, en el
distrito de Laikipia, ha permanecido al frente de las iniciativas para proteger
y contribuir a que el número de rinocerontes en Kenya vuelva a su cifra
natural. La rápida reacción de los guardabosques, la disposición de un
helicóptero con visión nocturna y una mejora en la organización de la
Inteligencia en la localidad han contribuido a mejorar la situación.
No obstante, todo apunta a que es
demasiado tarde para el rinoceronte blanco del norte, del que tan solo quedan
tres ejemplares, a pesar de que los científicos trabajan en diferentes técnicas
de reproducción para evitar una posible extinción.
Avances en relación al
comercio
China
y Estados Unidos, que poseen dos de los mayores mercados de marfil, anunciaron
el año pasado que establecerían prohibiciones sobre las importaciones y
exportaciones, lo que supone un avance en relación al comercio de marfil y
cuerno de rinoceronte en el exterior. El precio del marfil en Hong Kong, uno de
los puntos principales de la ruta de comercio asiática, ha caído hasta los 334
euros por kilogramo respecto a los 1.300 euros que costaba en 2014, según ha
comentado el director ejecutivo de WildAid a Reuters. “Las medidas nunca llegan lo suficientemente rápido, pero suponen,
definitivamente, una buena señal”, ha añadido.