A
TRAVÉS DEL CAMINO DEL CID (9 y 10)
La Defensa del
Sur es un recorrido histórico y literario por la línea defensiva del
interior levantino. Su recorrido de 247,6 kilómetros va desde Valencia hasta
Orihuela, atravesando las provincias de Valencia y Alicante.
EL
SEGUNDO DESTIERRO DEL CID
La ruta de La Defensa del Sur es un recorrido donde
pesa más la historia que la literatura. Su final, o principio si se hace en
sentido inverso, es Orihuela, la
localidad que entre 1088 y 1092 marcó el límite meridional del protectorado del
Cid: un extenso territorio de poblaciones musulmanas prestas a sublevarse que
se extendía hasta Tortosa.
Esta ruta tiene dos epicentros históricos.
Cronológicamente, el primero se halla entre Ontinyent, Villena y Elche.
En 1088 el rey Alfonso VI acudió con su ejército para socorrer a la guarnición
cristiana del castillo de Aledo (Murcia), que estaba siendo asediada por una
gran coalición musulmana. Alfonso ordenó al Cid, acampado en Ontinyent, que se reuniera con él en
Villena. El Cid no acudió a la cita y Alfonso le condenó a un segundo
destierro. En esta ocasión se le declaró traidor y le arrebataron sus
propiedades. En territorio hostil, sin víveres ni bienes para pagar a su
ejército ahora mermado por las deserciones, pasó en Elche la que pudo ser la peor Navidad de su vida. Sin embargo
logró superar este contratiempo: cinco años después conquistaría Valencia.
VALENCIA
: UN PELIGROSO TABLERO DE AJEDREZ
En junio de 1094, tras un durísimo asedio, el Cid
entró en Valencia como nuevo
señor de la ciudad. La taifa de Valencia era muy rica, pero políticamente
inestable, y todos los reyes y príncipes importantes -cristianos o musulmanes-
querían apoderarse de ella. El Cid aprovechó esta situación para jugar su
propia partida en un complicado tablero de ajedrez "geoestratégico".
La conquista de Valencia sería la última gran
conquista "cristiana" del siglo XI en la Península. La expansión de
los reinos cristianos a costa de los territorios musulmanes se había detenido
con la llegada de los almorávides. Estos eran tribus nómadas procedentes del
actual Marruecos que en 1086 entraron en la Península y se hicieron
progresivamente con el mando en Al-Andalus gracias a su poderío militar.
Desde su conquista el Cid tuvo dos preocupaciones:
mantener el orden en la ciudad y defenderla de los almorávides, que presionaban
desde el sur y habían establecido su puesto de avanzada en Xàtiva. Finalmente, en 1102, tres años
después de la muerte de Rodrigo, su esposa Jimena tuvo que abandonar Valencia
ante la presión almorávide, aunque para entonces ya había nacido la leyenda del
Cid.
RAMAL
DE LA ALGARADA DE ÁLVAR FÁÑEZ
Este ramal recuerda la célebre algarada o ataque
rápido de Álvar Fáñez. Según el Cantar, mientras el Cid tomaba Castejón,
su fiel lugarteniente, acompañado por doscientos caballeros, saqueó la ribera
del Henares pasando por Hita y Guadalajara y llegando hasta Alcalá de Henares,
todas ellas bajo dominio musulmán en aquella época.
Su recorrido es de 67 kilómetros y discurre desde
Vilaseca de Henares o Castejón de Henares hasta Guadalajara, atravesando las
poblaciones de Argecilla, Ledanca, Valfermoso de las Monjas, Torre del Burgo,
Tórtola de Henares y Taracena, entre otras. Toda la ruta tiene lugar en la provincia
de Guadalajara.
(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE
FOTOS)