La presente edición de TIEMPO DE VIAJAR incluye dos interesantes reportajes: El primero de ellos dedicado a BRUJAS la ciudad belga conocida como la Venecia del Norte. En un segundo reportaje realizamos una interesante visita al PALACIO DE GOLESTAN auténtico esplendor persa en la capital iraní. Y en los Destinos Mágicos invitamos al lector a realizar un recorrido por la CRIPTA DE SAN ANTOLÍN maravilla visigótica del siglo VII, situada bajo la actual catedral de Palencia. Excelente el capítulo gráfico en la Galería de Fotos. http://info-tiempodeviajar.blogspot.com Adéntrate en las páginas de TIEMPO DE VIAJAR, donde siempre encontrarás reportajes, una amplia galería de fotografías, noticias, curiosidades y todo lo relacionado con el mundo del viaje y la aventura. Incluso tienes un contacto por si quieres formular alguna consulta.

ELEFANTES



                        PODEROSOS Y VULNERABLES


Estos grandes colosos del mundo animal, adorados incluso como dioses en algunos países como la India (Ganesh es una de las deidades más importantes del panteón hindú), están considerados como seres muy inteligentes y son respetados en general por todos los naturalistas. Convertidos en habituales protagonistas de cuentos y leyendas, hasta el mundo del cine les ha hecho jugar un interesante papel en muchas películas.
Poderosos por su envergadura y con unas facultades excepcionales, sin embargo, han sido a lo largo de la historia animales muy vulnerables. El marfil de sus colmillos siempre despierta la codicia más extrema. Es su gran medio de defensa, pero también su punto más débil.
A pesar de los grandes esfuerzos realizados por algunos países como Kenya y Tanzania, por citar dos ejemplos, al controlarlos en Parques Nacionales, dejándolos sólo expuestos al estudio de los expertos en fauna salvaje, al margen de los turistas que realizan safaris fotográficos y, sin olvidar al mismo tiempo la puesta en marcha de diversos programas de protección, los furtivos y tras ellos el creciente mercado del marfil, siguen haciendo estragos. La población de estos paquidermos ha disminuido de forma alarmante. Algunas subespecies han desaparecido ya de forma definitiva.
El auténtico rey de la sabana arbustiva sigue estando en peligro de extinción.

CARACTERÍSTICAS Y COMPORTAMIENTO
Los paquidermos actuales se clasifican en dos géneros distintos: el elefante africano, de mayor envergadura, y el asiático.
En orden a su talla y peso, los elefantes son los animales terrestres más grandes que existen en la actualidad. Un macho adulto africano puede llegar a pesar 7.500 kilos, aunque han existido ejemplares que han pesado hasta 11.000 kilos. Su principal característica es la prolongación nasal muy desarrollada, conocida comúnmente como trompa, la cual y merced a su desarrollada musculatura les permiten utilizarla a modo de mano para sujetar objetos y comida. Estos animales también poseen colmillos, grandes dientes que salen de su mandíbula superior. Estos colmillos pueden pesar hasta 120 kilos  y tener hasta 3 metros de longitud, aunque lo normal es que midan alrededor de un metro de longitud, no son dientes caninos, sino incisivos extremadamente largos y el marfil es la dentina que los forma.
Otra de las características principales de los elefantes es que poseen unos grandes pabellones auditivos. La principal función de estas orejas es la termorregulación del animal. Al estar muy vascularizadas permiten un correcto enfriamiento de la sangre, que en animales de semejante volumen sería difícil conseguir por otros medios.
El elefante africano es el mamífero con el periodo de gestación más largo, alrededor de 22 meses y su peso al nacer suele ser de unos 120 kilos aproximadamente. Por lo general suelen vivir entre 60 y 70 años, pero se han registrado casos en que han superado los 80. En cautiverio, el récord de longevidad lo tuvo el famoso elefante asiático Lin Wang, que sirvió para las Fuerzas Chinas Expedicionarias en la Segunda Guerra Sino-Japonesa, además de tomar parte en otras misiones militares, el cual falleció con 86 años de edad en 2003.
El elefante produce una variada gama de sonidos, con los cuales expresa diversas emociones. El más conocido es el barrito que hace cuando está asustado. También utiliza infrasonidos, lo cual le permite comunicarse con otros individuos situados a varios kilómetros de distancia. Estos sonidos, de frecuencias de hasta tan sólo cinco hertzios, se transmiten, además de por el aire, a través del terreno, pudiendo ser detectados mediante las patas antes de llegar al oído del animal, al ser la velocidad de propagación del sonido mayor en el suelo que en el aire. Este desfase en la recepción del sonido puede servir al elefante para estimar la distancia a la que se encuentra su congénere. Este medio de comunicarse es de vital importancia en zonas muy secas, como por ejemplo el desierto de Namibia, donde los elefantes deben desplazarse a lo largo de cientos de kilómetros para encontrar lugares donde encontrar agua y comida.
La piel presenta delgados pliegues que, entrecruzándose, le dan un aspecto reticulado. El pelaje está representado por unos pocos pelos aislados y esparcidos por el cuerpo, algo más espesos alrededor de los ojos. En los labios, en la mandíbula inferior, en el mentón y en la parte posterior del dorso. Por su parte, el extremo de la cola ostenta un delgado plumero en forma de pincel.
Al elefante le gusta permanecer en manadas y suele revolcarse en el lodo para evitar las picaduras de mosquitos.
Se alimentan casi exclusivamente de hierbas, cortezas de árboles y arbustos, de los que pueden llegar a ingerir hasta unos 200 kilos en un solo día. Según habiten en el bosque, en las praderas o semidesiertos, el porcentaje de hierbas y hojas de árboles o arbustos de su dieta varía notablemente.
Para triturarlos se valen solamente de cuatro molares de gran tamaño (dos en cada mandíbula) de diez centímetros de ancho y tres de largo. Debido al constante uso, estos molares se desgastan con el paso de los años y son sustituidos varias veces a lo largo de la vida del animal.

INTERESANTE VIDA SOCIAL
Los elefantes de la sabana africana son animales considerados como inteligentes. De hecho, los experimentos sobre el razonamiento y el aprendizaje realizados sobre ellos indican que son los más listos, junto con sus primos asiáticos. Esto se debe en buena medida a su gran cerebro que suele pesar alrededor de cinco kilos y es el más grande de cualquier animal terrestre. De ahí el dicho famoso de “memoria de elefante”. Algunos de estos estudios han sido confirmados por la universidad de Sussex en Kenya.
Las manadas están formadas por hembras emparentadas y sus crías de diferentes edades, siempre dirigidas por la hembra de mayor edad, a la que se da el nombre de matriarca. En ocasiones las acompaña algún macho adulto, pero éstos suelen abandonar la manada cuando llegan a la adolescencia y forman grupos con otros animales de su edad, para posteriormente llevar una vida solitaria, acercándose normalmente a las manadas de hembras solamente durante la época de celo. No obstante, los elefantes machos tampoco se alejan en exceso de su familia y la reconocen perfectamente cuando vuelven a encontrarla. En ocasiones, las manadas de hembras pueden fusionarse durante un tiempo, llegando a incluir cientos de individuos.
La matriarca decide el camino a seguir y muestra a los demás integrantes de la manada todos los acuíferos que conoce y que el resto memorizará para el futuro. La relación dentro de la manada es muy estrecha, cuando una hembra pare una cría, el resto se acerca para “saludarla” tocándole con la trompa, y cuando un individuo muere, el resto la acompaña en ese difícil tránsito y se queda junto al cadáver durante un tiempo.
Los famosos “cementerios de elefantes” son un mito. Lo que sí ocurre es que antes de morir, los elefantes por instinto buscan el agua, por lo que muchos mueren cerca de ella y próximos unos a otros. Pero bien es verdad que estos animales saben lo que es un cadáver de su especie y parecen tratarlo con respeto cuando encuentran uno durante sus largos viajes, aunque sea de un desconocido, rodeándole y a veces tocándole la frente con la trompa y las patas. Sin embargo, ante huesos de otras especies su indiferencia es total.
El apareamiento ocurre cuando la hembra se siete preparada, algo que puede suceder en cualquier época del año. En ese momento emite infrasonidos que atraen a los machos, a veces situados a varios kilómetros. Éstos llegan en los días sucesivos a la manada y pelean cabeza contra cabeza con los demás, causándose heridas y a veces incluso partiéndose algún colmillo. El más fuerte (en caso de que la hembra lo acepte, indicándolo al frotar su cuerpo con el suyo) se aparea con ella y luego cada uno sigue su camino.
Cuando nace la cría, ésta mama leche de la madre hasta los cinco años de edad, aunque ya come alimento sólido desde los seis meses. A los pocos días ya puede seguir a la manada y entonces la matriarca ordena que se reanude la marcha.
Como algo curioso cabe citar el hecho de que mucha gente piensa que los elefantes tienen miedo a los ratones. No es cierto. Lo que sucede es que los elefantes tienen una mala visión: sus ojos están a los lados de la cabeza, lo que hace que no puedan distinguir con claridad cualquier cosa pequeña que se mueva delante de ellos. Esto hace que no soporten las sorpresas o los movimientos bruscos y cuando se acerca un ratón o cualquier animal pequeño, por ejemplo, se ponen nerviosos y un poco agresivos.

EL HOMBRE ES SU PEOR ENEMIGO
Se ha perseguido al elefante desde la antigüedad, tanto por su carne como (más frecuentemente por desgracia) por sus valiosos colmillos de marfil. Esta caza se disparó en los siglos XIX y XX, cuando se le unió la caza por deporte, cada vez más demandada por las élites norteamericanas y europeas, y la conversión en plantaciones de grandes extensiones de selva y sabana. Sin olvidar el éxodo sin rumbo que algunas manadas deben realizar tratando de huir de frecuentes conflictos bélicos
En 1989 se prohibió la caza del elefante africano y el tráfico de marfil, después de que la población pasase de varios millones a principios del siglo XX a menos de 700.000, habiéndose reducido en un 50% durante la década de los ochenta. Los científicos calcularon que, de seguir la tendencia existente y no tomar ninguna medida, el elefante tendría un futuro realmente preocupante en sólo unas décadas. Por suerte, tras la mentalización de los diferentes gobiernos afectados, la protección de que goza en la actualidad con la puesta en marcha de diferentes programas y Parques Nacionales en África, está surtiendo efecto. Sin embargo, la caza furtiva sigue existiendo a pesar de las fuertes penas que se imponen. Y en el continente asiático sucede lo mismo.
A lo largo de la historia, estos colosos del reino animal considerados como dioses por determinadas religiones, han servido de montura a maharajás indios, se han convertido en protagonistas de espectáculos de toda índole e incluso siguen siendo utilizados en la actualidad para trabajos duros en algunos países del sudeste asiático. Son animales sagrados y poderosos, pero el marfil de sus colmillos les sigue convirtiendo en seres muy vulnerables.