La presente edición de TIEMPO DE VIAJAR incluye dos interesantes reportajes: El primero de ellos dedicado a BRUJAS la ciudad belga conocida como la Venecia del Norte. En un segundo reportaje realizamos una interesante visita al PALACIO DE GOLESTAN auténtico esplendor persa en la capital iraní. Y en los Destinos Mágicos invitamos al lector a realizar un recorrido por la CRIPTA DE SAN ANTOLÍN maravilla visigótica del siglo VII, situada bajo la actual catedral de Palencia. Excelente el capítulo gráfico en la Galería de Fotos. http://info-tiempodeviajar.blogspot.com Adéntrate en las páginas de TIEMPO DE VIAJAR, donde siempre encontrarás reportajes, una amplia galería de fotografías, noticias, curiosidades y todo lo relacionado con el mundo del viaje y la aventura. Incluso tienes un contacto por si quieres formular alguna consulta.

RAVI SHANKAR


 
LA MÚSICA COMO REFLEJO DEL ALMA INDIA

Los indios siempre han creído con mayor fervor en la realidad del espíritu que en la materia, por eso, entre todas sus lenguas, la que siempre conseguirá la unidad de las almas es la lengua del espíritu: la música.
La sincera práctica de todas las artes conduce a la armonía espiritual, una armonía de pausas y cadencias, de sonidos y silencios que forman parte de un todo, igual que cada parte del universo tiene cabida en lo real, que es sólo uno.
Música, literatura, pintura, danza, teatro, arquitectura, escultura… en la India se han cultivado a lo largo de los siglos todas las expresiones artísticas, están entretejidas y, por ello, resulta imposible entender unas sin las otras, alcanzando todas ellas cotas de una belleza extraordinaria. En cada ámbito la producción ha sido inmensa, conservándose hasta nuestros días gran cantidad de obras maestras.
En el hindi, uno de los idiomas oficiales de la India, el mañana y el ayer se conocen con la misma palabra: el hoy es lo que cuenta. La música de la India refleja este concepto del tiempo; en el presente, en el momento que nace la música, sucede algo único, que se evapora a modo de una nube, con la densidad del mar, con la inmortalidad propia del viento y la luz. Por eso, un concierto de música clásica de la India en nuestros días es como un registro de lo ancestral, y así seguirá sonando a lo largo de los siglos, resultando un verdadero placer para el oyente, porque el músico siempre intenta “hablar” con su público, compenetrarse con él y buscar su complicidad. Emplea, tal vez de una manera subconsciente, sus manos y sus dedos para expresarse, y esta actitud le ayuda a traducir sus pensamientos, transmitir sus emociones y a movilizar la atención sobre la complejidad rítmica de su prestación creadora.
En la cultura tradicional de la India, la música envuelve la vida del hombre por completo a modo de burbuja de sonido melódico. Las canciones celebran los ritmos de la vida según las estaciones y las canciones de labradores, barqueros, pastores o conductores de caravanas de camellos añaden ritmo al pulso del trabajo.
La tradición popular ha supuesto una fuente importante en la cultura musical de la India, pero el arte meditado y consciente tiene que educar la espontaneidad si la música pretende transmitir su tradición clásica. Se necesita una larga evolución antes de que la tradición alcance la madurez necesaria y pueda proporcionar variedad. Las vicisitudes de la historia a menudo han impedido este tipo de evolución. Sin embargo, la tradición hindú es única, teniendo en cuenta que es quizá la más antigua, y en continua evolución de los sistemas conocidos.
Desde sus orígenes, en la India la música ha aportado elegancia a los pequeños problemas de la vida cotidiana.

PANDIT RAVI SHANKAR
Nacido en 1920 en la ciudad sagrada de Benarés, fue uno de los máximos instrumentistas del sitar y gran introductor de la música hindi en Occidente.
De joven fue discípulo de Allaudin Khan (fundador del Maihar gharana de música hindú clásica). Su hermano mayor Uday fue un reconocido bailarín clásico y Ravi tocó el sitar en su compañía de baile, incluso acompañando a la famosa bailarina Anna Paulova en la Unión Soviética.
En la India su primera actuación en público tuvo lugar en 1939. Una vez finalizados sus estudios de música, comenzó a escribir canciones para películas y ballet clásico, llegando a ser director musical de la All India Radio en 1950.
Posteriormente se lanzó a la gran aventura internacional. Se presentó primero en la Unión Soviética y después en el resto de Europa en 1956, destacando su intervención en el Edimburgo Festival y en el Royal Festival Hall de Londres. Aquel mismo año llevó a cabo su primera actuación en Estados Unidos.
George Harrison, miembro del famoso grupo The Beatles, comenzó a experimentar con el sitar en 1965 junto con Ravi Shankar, creciendo entre ambos una gran amistad y ampliando la fama de ambos músicos.
Desarrollaron los dos su carrera conjunta y eso vino a significar que a Ravi Shankar le invitaran a actuar en lugares insólitos para un músico clásico, como sucedió en el Monterrey Pop Festival de 1967. Dos años después también actuó en el Festival de Woodstock y en el famoso Concierto de Bangladesh en 1971, junto a otros grandes artistas como Dylan, Clapton y el propio Harrison.
Además, Ravi Shankar and friends actuaron en el acto de apertura para la gira de Harrison a través de los Estados Unidos en 1974.
Shankar escribió dos conciertos para sitar y orquesta, composiciones de sitar-violín para Yehudi Menuhin, además de diferentes composiciones para el virtuoso de flauta Jean Pierre Rampal, así como Hozan Yamamoto, maestro de shakuhachi (la flauta japonesa), y el virtuoso del koto, Musumi Miyashita.
Compuso música para películas y ballets clásicos. Su grabación Tana Mana, lanzada por el sello discográfico Private Music en 1987, se incluyó en el género New Age con su combinación única de instrumentos tradicionales y la electrónica.
El compositor clásico norteamericano Philip Glass reconoció a Ravi Shankar como una influencia principal y ambos colaboraron para producir Passages, una grabación de composiciones en las cuales cada uno adaptó temas compuestos por el otro.
En 1998 recibió el Polar Music Prize, un premio concedido por la Real Academia de Suecia de Música.
Ravi Shankar tuvo dos hijas: la cantante y pianista Norah Jones, y Anoushka Shankar, en la actualidad una de las mujeres indias más relevantes como concertista de sitar, habiendo sido galardonada con diferentes distinciones.
Debido a problemas respiratorios, el Pandit Ravi Shankar fue ingresado en el Scripps Memorial Hospital de La Jolla (San Diego-California), falleciendo el pasado 11 de diciembre de 2012.
Ravi Shankar ha sido, sin lugar a dudas, el auténtico pionero de la música hindú clásica. Con evidente carisma personal, su palmarés musical está plagado de multitud de premios y distinciones por su longeva carrera internacional.
Al enterarse de su fallecimiento, el primer ministro indio, Manmohan Singh no dudó en declarar que se perdía “un tesoro nacional y un embajador de la herencia cultural india”.
Con su muerte, la India y el mundo de la música en general, resuelta obvio que han perdido a uno de los mejores instrumentistas de sitar.