INCREÍBLE Y ALARMANTE
La hipocresía de este mundo en el que vivimos está llegando a unos límites ya inimaginables. Al gobierno chino se le “regaló” la posibilidad de organizar un evento a escala excepcional como los Juegos Olímpicos, cuyos fundamentos principales son la exaltación de la concordia entre los pueblos, mientras éste continúa con su política de exterminio del pueblo tibetano con la impunidad que se otorgan los poderosos.
Que la represión se ha venido incrementando con posterioridad a la celebración de los JJ.OO. resulta harto evidente, como bien están viviendo en sus propias carnes los tibetanos, los üigures de Xinjiang y los seguidores de Falun Gong. Son constantes las desapariciones de juristas, abogados, disidentes y activistas de derechos humanos bajo custodia policial, sin olvidar las diez mil condenas a muerte estimadas cada año por Amnistía Internacional, aunque se piensa que pueden ser muchas más y sin las menores garantías procesales, pues las condenas a muerte son también “un secreto de Estado”. Todo ello en suma es algo que alarma y mucho a la comunidad internacional.
Incluso el presidente norteamericano Barack Obama tuvo que endurecer su postura ante China y aun así llegó a ser criticado en su propio país por conceder mucho a cambio de obtener muy poco.
Bajo amenazas, al igual que hace con todos los países, China trató de impedir por todos los medios que en Estados Unidos se recibiera al Dalai Lama, como si dos Premios Nobel, ambos con notable carisma, no pudiesen reunirse cuando les apeteciera. Suena a algo así como si el régimen chino fuera el que dictara la agenda del presidente norteamericano.
Pueden citarse otros muchos ejemplos, tales como la beligerancia del régimen comunista en materia de cambio climático, negándose a cualquier tipo de control o transparencia y su respaldo a Irán, Corea del Norte y Birmania, entre otros países. El ataque ciberterrorista a más de una treintena de empresas estadounidenses, entre las cuales se encontraban algunas vinculadas a la seguridad, lo cual forzó a Google a dejar de transigir con las exigencias de la censura china y retirarse del mercado chino, así como las amenazas de sanciones económicas a las empresas de Estados Unidos, por la venta de armas a Taiwán… y un largo etcétera.
En otro orden de cosas, durante el año 2008 la agencia de inteligencia británica MI15 alertó en un informe a las empresas de su país que mantenían relaciones comerciales con China, de que corrían gran peligro de ser víctimas de ciberataques y sus ejecutivos ser objeto de posibles chantajes, afirmando que China suponía la más importante amenaza en el terreno de la seguridad informática. Dicho informe fue publicado por The Sunday Times, a la vez que diversos analistas llegaron a interpretar que tal circunstancia cabía considerarla también como una amenaza global.
Son muchos los ejemplos y ninguno positivo, los que podrían seguir citándose, aunque quizás el más significativo sea el de que para el 75% de los chinos, la corrupción es el problema más grave de su país.
Una serie de hechos en verdad preocupantes en grado sumo y muy lejos de representar que China es un socio fiable, como intenta venderlo el desgastado e incoherente gobierno español con José Luís Rodríguez Zapatero al frente.
Y por si fuera poco, el ex-ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, anunció que aprovechando la presidencia española de la Unión Europea , se abordaría la revisión del embargo sobre la exportación de armas a China decretado por la UE en 1989 a raíz de la matanza de la plaza de Tiananmen: “Lo que quiere la presidencia rotatoria es mejorar las relaciones con China, tener una mayor interlocución con China y abordar todos los temas que están pendientes en la relación”, dijo el ex-ministro español en Bruselas.
No es de extrañar que los burócratas del régimen comunista se froten las manos y repitan hasta la saciedad que España es el mejor aliado de China en la Unión Europea.
Y no suficiente con ello, la que fuera vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega , en unas sorprendentes declaraciones añadió: “Lo que en su día tuvo razón de ser, hoy no la tiene“, a pesar de que la dictadura china no haya dado los pasos necesarios que la Unión Europea le pide en materia de democratización y Derechos Humanos. Asimismo, afirmó también que el régimen chino era el más interesado en trabajar por el respeto a los derechos humanos, tal y como habían expresado “ahora y siempre sus autoridades”.
Realmente sorprendente.
Con personajes tan nefastos como Karadzic, Mladic, Fujimori, Jiang Zemín, los dirigentes chinos que promovieron el genocidio tibetano y tantos otros, no caben políticas de “paños calientes” sino actuar con la justicia que demanda la humanidad entera.
Una verdadera lástima que lo que el régimen comunista dice y lo que hace no guarde en absoluto ninguna relación, por lo que la ex-vicepresidenta española, una mujer a la que se supone inteligente, parece más bien que fuera abducida por las autoridades del régimen chino. Es por ello que sería más que recomendable que se documentara bien acerca de cual es la realidad del país.
Al respecto, no estaría de más que consultara los informes de Amnistía Internacional o de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU , pues la represión continúa, incluso ha aumentado después de celebrarse los Juegos Olímpicos de 2008. O la reciente condena por parte del Parlamento Europeo de la extracción forzada de órganos a los practicantes del movimiento espiritual Falun Gong, también víctimas de genocidio, y sobre lo que el vicepresidente del Parlamento Europeo, Edward McMillan-Scott, dijo en carta abierta al Secretario General de la ONU , calificándolo como la persecución más sistemática que ha existido desde la llevada a cabo por los nazis con los judíos.
Sin lugar a ningún género de dudas, la entonces vicepresidenta española, la señora María Teresa Fernández de la Vega , la misma que en una frase lapidaria tras terminar la presidencia europea de nuestro país con más pena que gloria, dijo que “España había dejado huella en generaciones enteras de europeos” subestimó a todo el pueblo español si piensa que éste no está informado de lo que realmente sucede en China.