La presente edición de TIEMPO DE VIAJAR incluye dos interesantes reportajes: El primero de ellos dedicado a BRUJAS la ciudad belga conocida como la Venecia del Norte. En un segundo reportaje realizamos una interesante visita al PALACIO DE GOLESTAN auténtico esplendor persa en la capital iraní. Y en los Destinos Mágicos invitamos al lector a realizar un recorrido por la CRIPTA DE SAN ANTOLÍN maravilla visigótica del siglo VII, situada bajo la actual catedral de Palencia. Excelente el capítulo gráfico en la Galería de Fotos. http://info-tiempodeviajar.blogspot.com Adéntrate en las páginas de TIEMPO DE VIAJAR, donde siempre encontrarás reportajes, una amplia galería de fotografías, noticias, curiosidades y todo lo relacionado con el mundo del viaje y la aventura. Incluso tienes un contacto por si quieres formular alguna consulta.

MARES DE ARENA



Lawrence de Arabia tenía bien claro por qué le fascinaba tanto el desierto: “estaba limpio”. La experiencia de escalar una duna cambiante incluye un  silencio sobrecogedor y la insólita certeza de estar en un lugar en el que no se dan las condiciones para la vida o, al menos, para una vida cómoda. Sí, justo como haber aterrizado en otro planeta.
Todas esas emociones se disparan cuando se pisa el desierto del Sahara, el de mayor extensión en todo el mundo. El mar de arena (Erg) tunecino comienza 50 kilómetros al sur de la moderna y acogedora ciudad de Douz y cruza 500 kilómetros hacia el suroeste.
Aquí acaba el dominio del antiguo Imperio Romano y empieza la tierra de los bereberes, los nómadas que introdujeron los camellos en Túnez en el siglo IV y que siguen habitando las arenas.
Esta reluciente tierra yerma se puede sobrevolar en avioneta, pisar en quad, disfrutar en kart-cross o recorrer en un vehículo 4x4. Pero lo que nunca deja de llamar la atención del viajero es el camello, un transporte cotidiano aquí y una experiencia exótica para quienes lo prueban por primera vez. Los circuitos más típicos duran uno o dos días, pero es a medida que se adentra uno en el sur del país cuando el desierto exhibe su belleza más desnuda. Allí, las arenas esconden tesoros como la ciudad de Tozeur, con una medina única, o Matmata, donde se puede dormir en hoteles cráter de aspecto muy lunar.
El desierto es, como el mar, siempre el mismo y siempre renovado y con vientos en lugar de mareas. Aquí los cambios se cuentan por siglos, pero en este lugar fuera del tiempo de vez en cuando ocurren cosas como el tren minero del siglo XX reconvertido en turístico, el llamado Lagarto Rojo, que parte a unos kilómetros de Tozeur para recorrer durante una hora y media los desfiladeros del río Selva. Pero nada ha atraído tanto una renovada atención como los decorados de La Guerra de las Galaxias, situados aquí por George Lucas, que buscaba otro planeta dentro de este planeta. Todo un mundo, Tataouine, desaparecía en un segundo en la primera de las películas filmadas, pero en Túnez goza de buena salud. Se puede disponer de sus calles en exclusiva para eventos y todo tipo de incentivos.
Pero en el desierto tunecino, que parece no acabarse nunca, la oferta de actividades es igual de amplia y a los deportes se suman las excursiones: no sólo cada duna puede ser el asentamiento de un campamento alrededor de una hoguera, si no que la ruta de los oasis nos recuerda (de verdad) lo importante que es el agua y el desierto de sal nos habla a gritos de la belleza de lo difícil.